Sattva

Refugio veggie en Tribunales

Para almorzar en la semana o cenar a la salida del teatro, este restó vegetariano es la opción ideal si andás por la zona y querés comer algo rico y saludable.

viernes 10 enero 2014

Cuando buscamos un buen restaurante chino, divisar la presencia de comensales de ojos rasgados nos da la pauta de que estamos en el lugar correcto; un indicio casi siempre infalible de calidad y autenticidad. Si andamos de viaje, nos esforzamos por averiguar dónde comen los lugareños y huimos de las trampas diseñadas a medida del turista. Del mismo modo, a la hora de rastrear los highlights de la cocina vegetariana en Buenos Aires —un nicho que no para de crecer de la mano de la movida de la alimentación saludable, y mal que les pese a los puristas de nuestra arraigada tradición vacuna—, no hay brújula más precisa que los tips y preferencias de la propia tribu veggie.

Una legión cada vez más numerosa cuyos miembros, cuando andan por la zona de Tribunales y alrededores, eligen Sattva, lo que de movida inspira confianza entre quienes buscan una alternativa para comer rico y liviano, con un toque gourmet y a precios lógicos. Más aún: varios amigos y lectores que evitan las carnes nos reprocharon haber excluido a este joven clásico instalado desde 2007 en Montevideo y Lavalle del top 15 del rubro que publicamos hace unos meses (vaya este post, pues, como reparación histórica de aquel olvido injusto).

Si bien la carta se ensancha por las noches —destacándose los platos equilibrados que combinan vegetales, proteína y cereales—, las opciones de mediodía son bastante variadas y convenientes. Para el almuerzo, Sattva propone un menú fijo con 4 opciones de principal que rotan semanalmente (y que anuncian vía Facebook a principios de cada mes, por si querés programar tu visita en función de la propuesta que más te tiente).

Anduvimos por allí a mediados de diciembre y —tras el pan integral con dip de zanahoria a modo de bienvenida— probamos una deliciosa y contundente cazuela de trigo, calabaza asada, queso y miel. Con un jugo natural del día (nos tocó el de naranja, mandarina y ananá, acertado mix) pagamos $ 50 + propina: menos de lo que costarían un par de porciones de muzza y una gaseosa de dorapa en las pizzerías tradicionales de Av. Corrientes.  Y pese a que en las guías gastronómicas algunos usuarios se quejan del flojo servicio, nos atendieron de primera.

Como punto en contra, al salón le vendría bien un poco más de iluminación (y de refrigeración en verano: el aire está encendido pero no siempre da abasto). Hay que decir, también, que elección de nuestro compañero de excursión (papas rellenas de quesos crema & azul, con ensalada verde) fue menos feliz que la nuestra: no estaba mal, pero esperábamos un relleno más generoso y al acompañamiento le faltaba algún aderezo o ingrediente que le pusiera onda.

Por lo general, como el espacio es breve, en la hora pico suele llenarse rápido. Pero aprovechá para darte una vuelta ahora que, con la Justicia de feria y media ciudad de vacaciones, el barrio luce semidesierto.

 

Ariel Duer

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